1. Gastos: ¿A dónde se va el dinero?
Los gastos suelen dividirse en tres categorías principales:
Gastos esenciales:
Incluyen vivienda, alimentos, transporte, salud y servicios básicos. En muchas familias, estos representan entre el 50% y el 70% del ingreso mensual.
Gastos discrecionales:
Incluyen entretenimiento, compras no esenciales, viajes o suscripciones. Aunque parezcan pequeños, estos pueden acumularse considerablemente con el tiempo.
Gastos invisibles:
Son los que no siempre notamos, como comisiones bancarias, intereses por deudas, y pequeñas compras diarias que, a lo largo del mes, suman una cantidad considerable.
Reflexión:
Sin un presupuesto claro, es fácil perder el control y no saber exactamente a dónde se está yendo cada peso. Llevar un registro de gastos (en una hoja de cálculo o apps como Mint o Fintonic) puede ayudarte a identificar "fugas" financieras.
2. Impuestos: El gran recaudador
Dependiendo del país y del nivel de ingresos, los impuestos pueden llevarse una porción significativa de tu salario o ganancias.
Impuestos sobre la renta:
Este es el más obvio. En muchos países, los trabajadores pueden perder entre un 15% y un 40% de sus ingresos brutos debido a este impuesto.
Impuestos indirectos:
Incluyen el IVA o impuesto sobre el consumo, que se aplica cada vez que compras bienes o servicios. Aunque menos visible, su impacto puede ser significativo.
Contribuciones sociales:
Incluyen seguros de salud, pensiones o impuestos locales, que también reducen tu ingreso disponible.
Reflexión:
Aunque los impuestos son inevitables, planificar fiscalmente puede reducir su impacto. Por ejemplo, algunos países ofrecen deducciones por inversiones, educación o donaciones que podrías aprovechar.
3.- ¿Cómo recuperar control sobre el dinero?
Analiza tu situación:
¿Cuánto pagas en impuestos realmente?
¿Cuáles son tus gastos más significativos?
Busca eficiencias fiscales:
Considera trabajar con un contador o asesor financiero para identificar deducciones o estrategias legales que reduzcan tu carga fiscal.
Optimiza tus gastos:
Prioriza lo esencial y cuestiona tus gastos discrecionales. Pregúntate:
¿Esto agrega valor a mi vida?
¿Podría redirigir este dinero hacia ahorros o inversiones?
Invierte y genera activos:
Cuando dejas de depender exclusivamente de tu ingreso laboral y comienzas a generar ingresos pasivos, puedes reducir la percepción de que todo se lo "lleva" el sistema.
Quizás también hay un aspecto emocional. ¿Sientes que el dinero no refleja el esfuerzo invertido? Esto podría indicar que buscas más valor o significado en tus esfuerzos.